EL DESTIERRO DE BELIAL

A una amiga muy cercana de Gloria, le habían ocurrido eventos paranormales anteriormente; ella buscó ayuda en un santero que ya conocía de años atrás. Él realizó una limpia a la casa de su amiga y al parecer, el efecto fue demasiado bueno porque cuenta ella, que dejó de sentir esas cosas malignas que habitaban en su casa. A pesar de que su religión le prohibía de cierta forma contactar con personas fuera de la iglesia católica; al ver como esto que le hicieron a su amiga tuvo un efecto muy positivo en ella y en su vida, decidió contactarla para que le regalara el número del señor que le podría ayudar con su situación

 

Gloria logra comunicarse con el santero Tomás, le comenta todos los acontecimientos paranormales que ha presenciado en su casa y que ya no aguanta más, siente que se está enloqueciendo. Así que el santero, Tomás, le propone convocar al espíritu, para saber si tiene cuentas pendientes en la tierra; para esto le hace una lista detallada con elementos que necesita para llevar a cabo el ritual. 

 

Algunas especies extrañas, plantas y un par de veladoras, son las cosas que Gloria consigue en poco tiempo. Esperaron que el sol se ocultara, el ambiente estaba silencioso, tranquilo, como si algo peor estuviera apunto de suceder. Tomás estaba listo para iniciar, las cortinas se movían, un viento fuerte comenzaba a soplar dentro de la casa apagando las veladoras; Gloria sentía de nuevo aquella presencia perturbadora que la persigue todo el día. Cuando de repente, de la oscuridad, sale una gigantesca sombra negra de ojos rojos… el demonio se había revelado ante Gloria.