Julio 27 de 2012

 

Un par de días después Valentina, una de las amigas de Violeta, comenzó a hablarme. Al parecer se había enemistado con las demás chicas del grupo y pensó que la mejor forma de hacerlas enojar era juntándose conmigo, dado que las demás (supongo) me veían como indeseable; eso me lo confesó después, cuando empezamos a llevarnos mejor y terminamos siendo muy amigas. A través de ella pude entender un poco más las últimas semanas de Violeta, se fue alejando lentamente, dejando de pasar cada fin de semana con ellas, como hasta entonces habían hecho. Las demás sabían que algo estaba mal con Violeta, pero decidieron ignorarlo; cuando le comenté lo que me habían dicho Juan Camilo y sus amigos, Valentina se burló un poco de mi.

• Fijo Emanuel te dijo que no sabe cómo Violeta empezó a ver cosas raras en internet, ¿verdad?... Ese maldito gordo fue la causa de todo, dijo Valentina.

Me sentí rara… y engañada, le pedí que me acompañara a mi casa para enfrentar a Juan Camilo . Al llegar, lo llamé, le dije que cruzara a mi casa, que tenía algo importante que hablar con él.  Llegó minutos después y cuando le pregunté lo negó todo, diciendo que Valentina seguramente me había mentido y que Emanuel no tenía nada que ver; en ese instante, Valentina salió del baño donde estaba escondida y Juan se puso pálido.

• Está bien, está bien, dijo Juan tartamudeando. No te he dicho toda la verdad, pero no quería que te involucraras más en esto. 

• Supongo que es un poco tarde para eso ¿no? tal vez no has notado donde vive y las cosas que tiene que soportar todas las noches, le responde Valentina, con una sonrisa sarcástica.

Al parecer todos conocían ese lado extraño de Emanuel, no solo los chicos del grupo sino el resto de la clase, casi todo el colegio e incluso por lo que supe después, hasta los profesores lo sabían. Sin embargo nadie sabía a ciencia cierta de qué se trataba todo este asunto.