EL DESTIERRO DE BELIAL

Desesperada Gloria consigue el contacto de un manicomio y decide ir a visitarlo, así que agenda una consulta. Después de una larga charla con el doctor del establecimiento, se da cuenta de que había perdido la razón, de que ya no era ella misma, de que se había convertido en alguien más… alguien oscuro y aterrador, con sed de sangre. Con la intención de poder volver a ser ella misma, de encontrar el buen camino, Gloria toma la dura decisión de internarse en el manicomio. 

 

Pasaron los días y entre esas cuatro paredes blancas, Gloria se perdía cada vez más, las alucinaciones en vez de desaparecer aumentaron. Ahora también escuchaba una voz, ella creía que era su voz interna, pero era una voz con un alma perturbada que solo quería causar caos; los médicos ya no sabían cómo ayudarla; la pobre Gloria había entrado en un hueco profundo y perturbador del que no pudo salir. 

 

Meses más tarde, el silencio en la habitación de Gloria se volvió permanente, colgando del mármol de la ventana de la habitación, con las sábanas blancas del establecimiento, se hallaba el cuerpo de Gloria, helado y tieso… pues la señora Gloria había tomado la dura decisión de acabar con su vida. 

 

Para muchos solo fue otro terrible caso en el manicomio, pero para Gloria fue ser acechada por un demonio que solo buscaba una cosa… acabar con su vida.