top of page
DÍA 9
Julio 14 de 2012
Era mi primer día en el colegio y me di cuenta de lo difícil que sería. Violeta, era una chica muy popular y todo mundo se había enterado de lo que había ocurrido, de alguna forma también todos sabían de mí, de que era su prima y que ahora vivía en su casa; juraría que hasta me tenían miedo, parecía que nadie quería hablarme, pero bueno Juan Camilo en esos momentos salió al rescate. En los recreos me invitaba a comer con él y estar con su grupo de amigos, todos ellos obsesionados con juegos de cartas, cómics, películas gore y música que yo hasta entonces no conocía
-
Nosotros ya sabíamos que iba a pasar algo con tu prima, me dijo Emanuel.
Un chico de casi 1,90, gordito, de cara infantil a pesar de su notoria barba, demasiado abundante para sus 17 años y que al parecer era el líder del grupo.
-
Ella se acercó a nosotros para preguntarnos de ciertas cosas que había descubierto, continuó Emanuel
Le pregunté de qué clase de cosas hablaba.
-
Cosas, videos, ya la irás conociendo; tu prima tenía gustos muy extraños entre las cosas que buscaba por internet y no hablo de la Deep web ni nada de eso, hablo de páginas al alcance de todos, de videos en YouTube sin ningún tipo de privacidad más que el de tener decenas de letras y números al azar en el título, no sé cómo llegó a ellos, no sé cómo empezó a caer en eso, pero la pusieron muy mal, terminó de decir.
Juan Camilo permanecía callado, mientras los demás hablaban de cómo la gente podía sugestionarse al toparse con videos extraños en la red; lo noté y ya cuando caminábamos él y yo rumbo a la casa, le pregunté por qué no comentó nada.
-
No creo que fuera solo sugestión, decía Juan. Nadie se suicida por eso. A tu prima no le hacía falta nada. Dicen en la escuela que fue porque descubrió que una de sus amigas iba a andar con su exnovio y todo el grupito lo sabía, excepto ella; pero yo no creo que fuera algo que la haya afectado así, además...
Hizo una pausa, como si se hubiera arrepentido de algo que iba a decir y de repente se despidió a mitad del camino y empezó a caminar en dirección contraria, devuelta al colegio.
Al llegar a casa, escuché un sonido pesado y chirriante, pero más grave, como si alguien arrastrara un mueble o algo así en el piso de arriba; le grité a mi mamá para ver si era ella… pero nadie respondió, tomé el teléfono y confirmé que mis padres no estaban en casa. El sonido se acercó al pasillo junto a las escaleras, salí rápidamente al patio y empecé a hacer la tarea en el jardín; ya para entonces soportaba escuchar esas cosas raras, pero me daba un terror enorme ver algo de repente.
Llegó mi mamá con una muchacha, la nueva chica para ayudarnos con el mantenimiento de la casa y cuando la saludaba, vi que Juan Camilo llegaba a su casa con uno de los chicos del grupo; me hicieron señas para acercarme y como no me sentia comoda en ese momento en la casa, fui con ellos un rato para distraerme.
-
Mirá, vamos a explicarte algunas cosas, pero no se lo podés decir a los demás, ni a los muchachos del grupo, ni a nadie en la escuela, ni a tus papás, ¿está bien?, me dijo Juan Camilo
Les dije que sí, aunque estaba un poco nerviosa
-
Vamos a tu casa, creo que será más fácil de explicarlo ahí, dijo Juan.
Entramos y le dije a mi mamá que estaría con unos amigos en mi cuarto, subimos, Juan se detuvo en la entrada y señaló la puerta contigua.
-
Esa de ahí, es la puerta del cuarto de Violeta ¿verdad?, preguntó. Asentí con la cabeza y Juan dijo que era ahí donde debíamos estar.
-
Yo estoy seguro de que no lo hizo por el novio o las amigas, dijo el otro chico. Más bien, creo que lo de la amiga y eso pasó porque ella se estaba alejando de su grupo. Ya no le importaba pasar tiempo con ellos, casi siempre se la veía conectada en esos chats bizarros o charlaba con nosotros.
Él chico al pararse frente a la ventana, miró a Juan Camilo este se acercó junto a él y señaló la casa de enfrente. Los árboles apenas dejaban ver esa ventana en particular, desde donde veía el cuarto de su hermano menor.
-
No te he dicho todo, perdóname, por favor; pero te prometo que ahora voy a ser 100% honesto contigo, me dijo Juan. Semanas antes de lo que pasó, empecé a preocuparme mucho por Violeta; las cosas que decía eran cada vez más extrañas. Me enviaba mensajes muy raros en la madrugada y en la mañana me aseguraba que no había sido ella, e incluso al chat de nuestro grupo, mandaba mensajes en donde escribía cosas como "buenas noches" y luego un montón de caracteres sin sentido y luego continuaba como si nada hubiera pasado. En una ocasión nos envió una foto de la nada, de ella misma, con una expresión completamente seria mirando a la nada, detrás de ella se veía una silueta negra enorme; se veía movida, como si alguien hubiera corrido rápidamente para no salir en la foto. Cuando la mandó, yo fui al cuarto de mi hermano para ver hacia acá, hacia este cuarto, para ver si había alguien aquí con ella y vi una figura junto a la ventana; al principio parecía ser Violeta sobre una silla, porque se veía más alta que el marco, como si estuviera arreglando algo pero no se movía… estaba quieta aquí junto a esta ventana, justo donde estás parada ahora. Luego de unos segundos, vi a Violeta, con su cabello inconfundible, entró en la habitación y me di cuenta de que lo que estaba junto a la ventana no era una persona, no era nada normal, sino una silueta de algo enorme. Corrí a mi cuarto a escribirle a Violeta en el chat, tomé mi computador y regresé corriendo a la habitación de mi hermano para ver. Sé que no me vas a creer esto, pero esa silueta gigante... parecía haberse agachado y una cara de un diablo sonriente me miraba por la ventana, parecía una máscara horrible de color rojo muy fuerte.
Al escuchar la historia de Juan, salí del cuarto inmediatamente. Lo que acababa de describir era demasiado parecido a lo que Paula había visto en esa ventana apenas unos días atrás. Les pregunté si podíamos seguir hablando después, ellos aceptaron, se despidieron y salieron rumbo a la casa de Juan; yo me quedé en la cocina junto a mi mamá y Gloria, la chica nueva.
Más tarde; se escucharon unos pasos correr en el piso de arriba y Gloria se puso pálida.
-
Es lo que te había comentado, pero no tienes nada de qué preocuparte, le dijo mi mamá, intentando calmarla.
Mi celular vibró mientras ellas conversaban, era un mensaje de Juan Camilo, con una imagen pixelada por el recorte, pero que era muy claro de lo que se trataba; el mensaje solo decía "estamos aquí enfrente en el cuarto mi hermano y… hay alguien justo ahora en la ventana de Violeta". Le pedí a Camilo y su amigo Julian que vinieran; junto a Gloria y mi mamá, subimos al cuarto para revisar. Cuando entramos, solo nos encontramos con un olor horrible que invadía por completo la habitación, seguimos ese olor hasta el baño del cuarto que nadie usaba; el olor provenía del lavamanos, era un olor asqueroso (nauseabundo). Juan dijo que revisaría, pero Gloria lo interrumpió y fue por lo necesario para limpiarlo. Juan se quedó al lado de ella, mientras los demás, esperamos en la habitación.
Poco después escuchamos un grito, era Gloria, mientras Juan comenzó a vomitar de forma espontánea. Entramos rápidamente, alarmados para ver lo que se había sacado del lavado, era cabello, una gran bola de pelos rubios enredados con lo que parecía ser sangre coagulada; olía horrible, los demás aguantamos las ganas de vomitar también (el olor era realmente como el de un animal muerto que llevaba ahí varios días).
© 2023 by A True Crime Podcast. Proudly created with Wix.com
bottom of page